Responda brevemente las siguientes preguntas:
1.Identifique los Elementos de Acción Directa e Indirecta presentes en la lectura anexa.
2.Ejemplifique los Elementos del Enfoque Sistémico de Katz y Kahn a través de la lectura anexa.
Caso: El show, ¿puede continuar?
La situación económica también ha repercutido sobre el negocio del espectáculo: los costos aumentan -sobre todo, los que son en dólares-, el público y los sponsors se retraen, y hasta hay artistas que no quieren venir a Venezuela.
En ese contexto, las principales empresas dedicadas a la organización de eventos han debido reestructurar sus expectativas. Pero ninguna ha decidido bajar la Santamaría.
La música, uno de los espectáculos más convocantes, afronta el futuro con dos nuevas realidades. La primera es la devaluación del bolívar frente al dólar, divisa bajo la cual se firma cada uno de los contratos con los artistas. Y la segunda es que los patrocinadores --los que permiten que las cuentas cierren de modo que las entradas tengan precios razonables--, en tiempos de austeridad, buscan mayor eficiencia en sus inversiones.
Frente a este panorama poco alentador, que determinó que el número de shows se redujera casi 45 por ciento, empresas como Water Brother, Emporio, Evenpro y Big Show Productions tratan de ser más creativas y minimizar riesgos.
Según cálculos de los empresarios, la asistencia de público a eventos musicales en vivo ha sufrido una caída promedio de 20 por ciento y la tendencia es a la baja. Si antes se esperaban 30 mil personas para un concierto, ahora los organizadores se conforman con 10 mil. Y si se hacían cuatro funciones en el Teresa Carreño, ahora se programan dos.
Otra de las características del negocio es la volatilidad de la taquilla. No solo por la imposibilidad de prever con total seguridad cuántas localidades se venderán, sino también porque casi la mitad del ingreso está comprometido de antemano: impuestos municipales, 10 por ciento; derechos de autor (los percibe la Sociedad de Autores y Compositores Venezolanos, Sacven), 10 por ciento; locación, 10 por ciento; patente de industria y comercio, 5 por ciento; IDB, 5 por ciento, y tarjetas de crédito, 3 por ciento. Total: 43 por ciento. La ventaja es que la percepción es inmediata.Cuando la concurrencia es la esperada, los organizadores destinan el saldo de la venta de entradas a pagar a los artistas, el sonido, la iluminación y parte de la promoción y la publicidad.
Santiago Otero (Evenpro) dice que ha oído hablar de crisis desde que nació, pero destaca que ésta, en particular, tiene como elemento distintivo la inseguridad, "por lo que hay que ser más cautelosos y enfocar las actividades con buenas bases para que garanticen resultados exitosos; de ahí, justamente, la necesidad de poner a prueba la gerencia del negocio". Estima que cerca de 20 por ciento de la gente ha dejado de asistir a eventos por miedo a que le pase algo en la calle. Y es de los que proyectan que la actividad del sector podría caer 25 por ciento este año.
El cartel de artistas que Water Brother traerá para lo que queda del año aún luce incierto. Han tenido que cancelar un par de shows y otros posponerlos, al tiempo de aprovechar este tiempo para reorganizarse internamente. "Maximizamos los recursos que tenemos, viendo de qué manera podemos bajar nuestros costos operativos, sin necesidad de afectar el negocio y volviéndonos más eficientes", dice Johnny Cabrera, preeidente de Water Brothers.
Cervecería Polar, Regional, Terra y el diario El Nacional se sienten satisfechos de sus actividades de patrocinio. Sin embargo, sus directivos explican que el negocio se ha visto afectado por la crisis económica y política que atraviesa el país, lo que los ha obligado a ser más precavidos. José Aldana, gerente de ventas especiales de Empresas Polar, explica que en el caso de la cerveza "el patrocinio depende de las regulaciones". Pero más allá de las divergencias operacionales entre los clientes y las empresas productoras, hay un punto común en la necesidad de los clientes: de que el evento patrocinado agregue valor a sus marcas. Polar trata siempre de ser el sponsor principal y utilizar al artista como imagen de marca. Como es usual en estos casos, hay venta de los productos en el espectáculo, dependiendo de las regulaciones, además de rifas y promociones.
"Este año se cayeron muchos eventos; fueron los casos de Shakira, Ricky Martin y N'Sync", dice la ejecutiva. Storey no quiere revelar montos de inversión en patrocinio. Comenta que "este año no ha sido el ideal, pues la crisis económica produjo un recorte en los presupuestos de marketing; por otro lado, la situación política ha hecho que muchos artistas no quieran venir, incluso con contratos firmados, como es el caso de Cranberries". Lo cierto es que la gente ha dejado de ir a los conciertos, y eso ha producido un déficit en el flujo de caja de estas empresas.
Fuente: http://www.producto.com.ve octubre 2002